Sin
lugar a dudas, la genética es una ciencia que está modificando en
gran medida nuestro vivir cotidiano gracias a los importantes avances que
ofrece. Ni hablar de los conocimientos y desarrollos científicos que se
darán con el correr del tiempo, que hoy en día son impensables y que probablemente
mañana resulten comunes.
Resulta sorprendente pensarlo, pero en un futuro
quizás no muy lejano se puede ver en el mapa genético de cada persona
los “errores” presentes, los cuales pueden generar enfermedades.
Y no sólo se podrá saber eso, sino que también será
mucho más fácil eliminarlos o perfeccionarlos, de modo tal que la genética
sirva para prevenir patologías de toda índole.
Un ejemplo para poder entender mejor cómo funciona este sistema es un individuo que posee una serie de ataques cardíacos en su familia, es decir, que muchos de sus antepasados han sufrido problemas del corazón y muerto a causa de ellos.
Gracias a la genética es posible
determinar el gen “maligno” causante del mal funcionamiento del corazón para
poder suprimirlo o reemplazarlo por otro. Eso eliminará totalmente las
posibilidades de que dicho individuo contraiga esa patología que podría
resultar fatal.
Finalmente, pudieron encontrar el gen que determinaba su longevidad. Gracias a estos genes es posible que, en un futuro, las personas puedan vivir más de 100 años mediante el implante de ellos. Aún no es algo tangible, pero existe cierta certeza de que, mediante estos genes de longevidad.
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