A pesar que el estudio no ha identificado los
compuestos que producen el efecto mencionado, está claro para Jonathan Hodgson,
responsable de la reciente investigación, que la reducción de la presión
arterial es causada debido al consumo de té negro.
El estudio se llevó a cabo con dos grupos de 95 australianos con presión
normal. En el primer grupo se realizó un seguimiento personalizado para
evaluar los efectos que produce el té negro, mientras que en el otro grupo
se planteó una bebida del mismo sabor y contenido de cafeína.
Ambos grupos ingirieron la bebida que
se les asignó durante tres veces por día en un periodo de seis meses. La
presión diurna de los participantes previa al estudio era de 121/72 mm Hg. Una
vez que se finalizó el experimento se concluyó que los bebedores de té habían registrado una baja de 2 mm Hg,
reduciendo la presión diastólica en 2 mm Hg.
Es importante que se genere un hábito de consumo incluyendo un cambio alimentario (nutrientes, vitaminas, proteínas) que
produzca mejores condiciones de
salud y bienestar, evitando el índice de peligro que ocasiona la presión
alta.
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